Una herramienta poderosa que a menudo se pasa por alto en terapia del habla es movimiento. La incorporación de actividades físicas en las sesiones de terapia del habla puede tener un impacto significativo en el progreso de su hijo. He aquí por qué:
- Mejora la conexión cerebral
El movimiento estimula diferentes partes del cerebro, lo que ayuda a fortalecer la conexión entre las áreas motoras y del lenguaje. Las actividades como saltar, bailar o incluso hacer gestos sencillos con las manos al hablar pueden mejorar la capacidad del niño para producir sonidos y formar palabras con mayor claridad, ya que esto ilumina diferentes áreas del cerebro. - Mejora el enfoque y la atención
La actividad física puede ayudar a los niños con dificultades de atención a concentrarse mejor. Una pausa rápida para hacer movimientos antes o durante la terapia les ayuda a mantenerse ocupados y listos para participar, lo cual es especialmente importante cuando se dedican a tareas que requieren concentración. - Aumenta la confianza y la motivación
Cuando los niños se mueven y se mantienen activos mientras aprenden, se sienten menos como un trabajo y más como un juego. Este entorno lúdico hace que estén más dispuestos a probar cosas nuevas, correr riesgos y celebrar su progreso, todo lo cual contribuye al crecimiento terapéutico.
Incorporar el movimiento en la terapia del habla de su hijo no significa que tenga que tener un gimnasio o un equipo sofisticado. Las actividades sencillas, como jugar a la pelota, bailar al ritmo de la música o representar historias, pueden hacer maravillas. Así que, la próxima vez que asistas a una sesión de logopedia o practiques en casa, ¡piensa en cómo el movimiento puede mejorar la capacidad de tu hijo para comunicarse y prosperar!