May 7, 2025
La hora de comer puede ser difícil para los niños con sensibilidades sensoriales, especialmente en lo que respecta a las texturas de los alimentos, los olores e incluso la rutina de las comidas. Como logopedas, trabajamos con niños que sienten ansiedad o evitan comer debido a problemas del procesamiento sensorial. La buena noticia es que hay varios estrategias para reducir el estrés a la hora de comer y ayude a su hijo a sentirse más cómodo en la mesa.
Un ambiente tranquilo a la hora de comer puede ayudar a su hijo a sentirse menos abrumado. Mantén la calma en el espacio limitando las distracciones, como los ruidos fuertes o las luces brillantes, y establece una rutina regular a la hora de comer. Esta previsibilidad puede aliviar la ansiedad.
Las personas que se alimentan sensorialmente pueden tener dificultades con las nuevas texturas o sabores. Introduzca los nuevos alimentos lentamente y en pequeñas cantidades, junto con los alimentos que ya conoce. Permita que su hijo explore el alimento con las manos antes de esperar que lo coma. La paciencia es clave; es posible que se necesiten exposiciones múltiples.
Muchos comedores sensibles a los sentidos tienen una fuerte preferencia por texturas específicas. Ofrézcale alimentos en diferentes formas o temperaturas (tibios, fríos o a temperatura ambiente) para encontrar lo que funcione mejor para su hijo. Los alimentos para picar o los utensilios también pueden resultar más cómodos para algunos niños.
Ayudar a su hijo a regular su sistema sensorial antes de la hora de comer puede hacer que se sienta más cómodo. Prueba con actividades como hacer presión profunda (por ejemplo, apretar una pelota antiestrés) o hacer movimientos (por ejemplo, saltar en una cama elástica) para calmar su sistema nervioso.
Evita convertir la hora de comer en una batalla. Elogie los pequeños éxitos, como probar un alimento nuevo o permanecer sentado. El refuerzo positivo alienta a su hijo a sentirse seguro, y mantener la calma reducirá su estrés.
Si la hora de comer sigue siendo estresante, un logopeda puede evaluar las dificultades sensoriales y de alimentación de su hijo. Pueden proporcionar estrategias personalizadas para ayudar a su hijo a sentirse más cómodo con la comida.
Con paciencia y constancia, la hora de comer puede convertirse en una experiencia más relajada y agradable para quienes se alimentan sensorialmente. Crear un ambiente tranquilo, introducir nuevos alimentos lentamente y utilizar el refuerzo positivo puede ayudar a su hijo a afrontar las comidas con menos ansiedad y más éxito. ¡Los pequeños pasos hacia el progreso pueden marcar una gran diferencia!
Reagan es patóloga del habla y el lenguaje en la Clínica Parkwood. Obtuvo una maestría en patología del habla y el lenguaje en la Universidad del Este de Washington.