Estrategias de modelado de la fluidez versus modificación de la tartamudez

Dentro del área de terapia del habla, los enfoques para abordar la tartamudez pueden ser tan variados como las personas que la experimentan. Entre estos métodos hay dos categorías de estrategias: modelar la fluidez y modificar la tartamudez, cada una de las cuales ofrece un enfoque diferente para gestionar las disfluencias del habla. A continuación se describe la diferencia entre cada categoría de estrategia.

¿Qué es Fluency Shaping?

Modelado de fluidez todo gira en torno a la prevención. Este enfoque se centra en enseñar a las personas a hablar de una manera que minimice la probabilidad de que se produzcan incidentes de tartamudeo. Los elementos clave de Fluency Shaping incluyen:

• Tasa de manipulación: Disminuir la velocidad del habla puede conducir a una expresión verbal más fluida.
• Palabras prolongadas: Ampliar los sonidos vocales o las sílabas puede facilitar el flujo de la conversación.
• Contactos articulatorios ligeros: El uso de movimientos suaves de la lengua y los labios contribuye a un patrón de habla más relajado.
• Monitoreo propioceptivo: Esto implica ser consciente de cómo se mueve la boca cuando produce sonidos, lo que puede ayudar a ajustar la velocidad y la tensión para evitar la tartamudez.
• Mayor soporte para la respiración: El control adecuado de la respiración permite una voz más estable y reduce la urgencia del habla.

¿Qué es la modificación de la tartamudez?

Por otro lado, la modificación de la tartamudez adopta un enfoque más reactivo, centrándose en qué hacer en el momento de la tartamudez. Esta estrategia tiene como objetivo reducir el miedo y la ansiedad que a menudo se asocian con la tartamudez y, al mismo tiempo, ayudar a las personas a sentir que tienen más control durante sus momentos de conversación. Estos son algunos de los componentes de la modificación de la tartamudez:

• Desensibilización: Exponerse gradualmente a la experiencia de la tartamudez ayuda a disminuir el miedo y la vergüenza.
• Reducir las conductas de evitación: Alentar a las personas a enfrentarse a situaciones en las que podrían tartamudear, en lugar de evitarlas, puede fomentar la resiliencia.
• Gestión de las respuestas a la tensión: Se enseñan técnicas para ayudar a minimizar la tensión física y la ansiedad que pueden agravar la tartamudez.
• Aceptación: Hacer hincapié en que la tartamudez forma parte de la identidad de una persona puede promover una mentalidad más saludable y cambiar el enfoque de la fluidez a la comunicación eficaz.

Al integrar estas estrategias, las personas aprenden a superar sus desafíos del habla con mayor facilidad y confianza.

‍