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Herramientas para crear una experiencia positiva a la hora de comer

Rutinas a la hora de comer

Para reducir el estrés en sus hijos antes de las comidas, practique seguir una rutina predecible. Tener una rutina establecida puede permitirles a los niños saber qué esperar a la hora de cenar. Comience primero con que todos se laven las manos, luego ponga la mesa y cree un ritual (encender una vela, decir una oración) o use el mismo mantel individual para cada comida. Estas rutinas ayudan a que las comidas fluyan y sean predecibles y, de manera subconsciente, le indican al cerebro que es «¡hora de comer!». Al final de la comida, sigue siempre la misma rutina de limpiar la mesa y lavarte las manos al final.

Asientos de apoyo

Para animar a su hijo a que dedique toda su energía a comer, debemos asegurarnos de que su cuerpo y su postura estén totalmente apoyados (¡es una última cosa de la que preocuparse!). Asegúrese de que sus hijos descansen los pies, las piernas y la espalda durante las comidas. ¡Piense en la regla 90-90-90! ¡Ángulo de 90 grados en los tobillos, las rodillas y la cintura! ¡Esto también ayuda a que su hijo permanezca sentado a la mesa durante más tiempo! Nos encanta especialmente la silla Trip Tapp porque no solo ayuda a que sus pies estén seguros, sino que también es ajustable y ¡puede crecer con tu hijo!

Tamaño de la porción

¡Mantenga las porciones que le está sirviendo a su hijo en un tamaño pequeño! ¡Es mejor que su hijo pida más comida que sentirse abrumado por la cantidad de comida que tiene en el plato! ¡Una buena regla general a seguir es una cucharada por niño! ¡Ofrezca una variedad de colores en el plato de su hijo para estimular su cerebro sensorial! ¡Piensa en los colores del arcoíris!

Describa las propiedades del alimento

En lugar de centrarse en si le gusta o no la comida que está en su plato y en el de su hijo, trate de describir las características de la comida y compararla con otros alimentos que el niño conozca y le guste. ¡Piense en los diferentes olores, sabores y texturas! Descriptores como: «crujiente, largo, amarillo como el sol, ¡parece un árbol!» ¡Puede hacer que la experiencia de aprender sobre un nuevo alimento sea más divertida! Coma siempre con su hijo: es un excelente modelo de hábitos alimenticios positivos.

¡JUEGA!

Al probar alimentos nuevos, es una parte importante del proceso de desarrollo aprender sobre el alimento, cómo se mueve, cómo huele y qué aspecto tiene. Intente experimentar y jugar primero. ¡Imagina que el fideo es una serpiente o que la zanahoria es el silbato de un tren! ¡Haz que sea divertido!

*El hecho de que a su hijo no le guste un alimento algún día no significa que nunca le vaya a gustar. Siga ofreciéndole alimentos que no sean de su preferencia: cuanto más se familiarice un niño con un alimento, más dispuesto estará a aprender sobre él, a jugar con él y, finalmente, a probarlo.

Keely Mohr, MS, CCC-SLP

autor

Keely es patóloga del habla y el lenguaje con sede en Portland, Oregón.

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