May 22, 2025
La hora de comer puede ser complicada, especialmente cuando tienes un quisquilloso con la comida. en la mesa. Pero con el enfoque correcto, la comida puede convertirse menos en una lucha y más en una oportunidad para desarrollar hábitos saludables, conexiones y curiosidad.
Un niño con aversión a la comida o que come de forma restrictiva suele ser un niño que come menos de 20 alimentos diferentes. Este tipo de alimentación limitada puede afectar su ingesta nutricional, reducir su capacidad para participar en situaciones sociales relacionadas con la alimentación y provocar un aumento de la ansiedad o el estrés cuando se enfrentan a alimentos nuevos o desconocidos.
No es necesario que obligue o engañe a su hijo para que coma algo nuevo. De hecho, la clave es la participación sin presiones. Estas son algunas maneras de ayudar a los niños a conectarse con la comida de manera positiva y fortalecedora:
Deje que le ayuden a elegir las frutas y verduras. Cuando participan en la toma de decisiones, es más probable que sientan curiosidad por saber qué es lo que acaban teniendo en el plato.
A los niños les encanta ayudar. Las tareas de preparación a la hora de comer, como remover, mezclar, pelar, triturar o servir, son divertidas y les permiten hacerse cargo de la comida.
Crear un ritual a la hora de comer le indica al cerebro y al cuerpo de su hijo que es hora de comer. Podrías:
Estos pequeños gestos pueden tener un gran impacto en la forma en que el niño se acerca a la comida.
Es tentador ofrecer solo alimentos que sabe que su hijo comerá. Si bien esto ayuda a evitar el estrés inmediato, intenta incluir también alimentos nuevos en su plato o en la mesa, incluso si no los come de inmediato. La exposición genera familiaridad y la familiaridad genera comodidad.
En lugar de decir: «Eso no te gusta», intenta redirigirlo a acciones como «Puedes olerlo» o «Vamos a moverlo hacia un lado». Evite engañar a su hijo para que coma algo nuevo. La confianza es clave para el éxito a largo plazo.
Cuando la comida se convierte en una aventura, todos ganan. Prueba:
Recuerde: el juego es la forma en que los niños aprenden. La exploración alegre conduce a la aceptación a largo plazo.
Comer no se trata solo de consumir suficientes calorías. A los niños les va mejor a la hora de comer cuando se sienten bien física, emocional y socialmente. Las comidas deben ser más que una forma de reponer energías. Deben ser un momento para conectarse, sentirse apoyados y disfrutar de estar juntos.
¿Sabía que algunos niños se enfrentan a problemas de alimentación más profundos?
Si los problemas de alimentación de su hijo van más allá de ser quisquilloso, podría valer la pena buscar la ayuda de un especialista.
En Clínica Parkwood, entendemos lo estresantes que pueden ser los desafíos relacionados con la alimentación. Pero también sabemos lo poderosos que pueden ser los pequeños cambios y las estrategias de apoyo para transformar la hora de comer. Ya sea que su hijo tenga ARFID, PFD o simplemente sea quisquilloso con la comida, nuestro objetivo es el mismo: hacer que las comidas se sientan seguras, divertidas y llenas de conexión.
Celebremos la comida juntos, un bocado, una sonrisa y un tonto mantel individual a la vez.
¿La dieta de su hijo consiste en nuggets de pollo y galletas de pescado dorado? ¡Los quisquillosos con la comida pueden hacer que la hora de comer sea una verdadera lucha! La patóloga del habla Ashley Carter se unió a nosotros con algunos consejos. Míralo aquí: Cómo ayudar a los quisquillosos con la comida.
Ashley es originaria de Oregón y propietaria de Parkwood Clinic. Fundó Parkwood en 2013, después de trabajar en una variedad de entornos médicos, de primera infancia, escuelas públicas y consultorios privados. Se especializa en trastornos motores del habla, grupos de lenguaje social y basados en el juego, intervenciones de lectura cognitivo-lingüísticas, terapia miofuncional orofacial y orientación para cuidadores.